Por Bolívar Balcacer
El reciente discurso del Presidente Donald Trump, marcó otro episodio de su estilo combativo y populista. Con un tono desafiante, el mandatario abordó temas clave como la economía, la inmigración y la seguridad nacional, reafirmando su política de «Estados Unidos primero».
Su mensaje, lleno de promesas y de una visión unilateral del futuro del país, generó reacciones polarizadas. En este contexto, la expectativa por la réplica demócrata en español era alta, especialmente por su impacto en la comunidad latina. Sin embargo, la respuesta del congresista Adriano Espaillat, resultó decepcionante, incapaz de contrarrestar con eficacia el mensaje de Trump. Demostró Adriano, que cada día se embrutece más en materia política lo que le califica como un político sin brujula y sin valor, que se encamina a emular a «Chacumbele».
Trump, con su retórica agresiva y efectiva, tocó puntos sensibles para su base política. Destacó los «logros» de su administración, magnificando datos económicos y prometiendo mayor endurecimiento en la frontera. Su discurso, aunque polarizador, logró conectar con su audiencia, que busca un liderazgo fuerte y sin concesiones. Mencionó la crisis migratoria con un lenguaje beligerante, culpando a los demócratas de la «invasión» en la frontera sur.
*
Frente a esto, Espaillat, tuvo la oportunidad de ofrecer una alternativa convincente y con peso moral. No obstante, su discurso careció de fuerza y originalidad. Lejos de una respuesta energética, se limitó a una crítica tibia y genérica, hija de un politico cobarde y demagogo, sin presentar una visión clara que movilizara a los latinos.
Su falta de pasión y de propuestas concretas reflejó una desconexión con la urgencia del momento político. Mientras Trump, impone su narrativa con contundencia, Espaillat y los demócratas en general siguen sin articular un mensaje que genere entusiasmo y confianza, sobre todo después del derroche de información sobre la corrupción de ese partido y los desaciertos del gobierno de Biden.
Esta confrontación desigual evidencia la crisis de liderazgo opositor y la debilidad estratégica de los demócratas en su comunicación con la comunidad hispana. Para el futuro, si la oposición no encuentra voces más sólidas y convincentes, Trump y su movimiento seguirán marcando la agenda sin resistencia efectiva.
*
El autor es: Periodista, Patriota dominicano, residente en los Estados Unidos
*
